Sincelejo: Tierra de historia y progreso
En las laderas por las que hoy trepan las avenidas de la capital de Sucre vivían, desde el año 200 A.C. los indígenas de las culturas Zinú y Toace. Su gobernante era el cacique Sincel, cuyos territorios abarcaban el sitio por donde se extiende hoy en día la ciudad. Además de ser expertos orfebres y artesanos, estas tribus desarrollaron una profunda relación con los ríos y el agua, donde obtenían su sustento mediante la pesca. Pero la fuerza de estos ríos inundaba sus territorios con frecuencia, frente a lo cual los Zinú desarrollaron un sistema de canales (algunos de más de 4 kilómetros de extensión) y con ellos regaban sus cultivos, principalmente de yuca y maíz. Sin embargo, con la llegada de los españoles, esta admirable tribu fue aniquilada rápidamente. Los indígenas de esta región del país fueron brutalmente eliminados por el maltrato español y las enfermedades que estos trajeron de Europa. En 1535, año de la fundación de Sincelejo, la población indígena superaba las 750 personas, para 1610 el censo total de indígenas en la ciudad era de 11 varones. Luego, la ciudad de Sincelejo es refundada en 1774 por Antonio de la Torre y Miranda quien por orden de la corona española ordenó a todos los habitantes dispersos por esta zona congregarse alrededor de la parroquia establecida. Los pobladores fueron reunidos alrededor del templo donde hoy se levanta la bella catedral de San Francisco de Asís, en el parque Santander y así se le dio vida a Sincelejo. Esta ciudad le brinda la hospitalidad sucreña sin reservas. Disfrútela.
Lo mejor de Colombia en una región
La vida de Sincelejo como ciudad capital es relativamente corta, pues fue catalogada como tal en 1966, año de la creación del departamento de Sucre. Pero a pesar de su juventud, su historia hace parte fundamental de la cultura costeña y de la cultura nacional. Conocida también como la “Capital de la Sabana” o la “Reina y Señora de la Sabana”, su ubicación geográfica la convierte en un lugar con un sinfín de posibilidades. Ríos caudalosos como el Sinú o el San Jorge que ofrecen tierras fértiles en sus riberas y una nutrida actividad pesquera donde el bocachico y el bagre se consiguen en todos los restaurantes de la Ciudad. Otra de las posibilidades gastronómicas es la comida árabe (kibbes, tahine y arroz con almendra) que como en toda la costa atlántica llegó con las migraciones árabes de los siglos XIX y XX. Pero además de esos ríos caudalosos, también Sucre ofrece extensas llanura donde la ganadería y la agricultura pueden desarrollarse a sus anchas. Estas espectaculares planicies se combinan con exuberantes montañas como los Montes de María donde la flora y la fauna componen una sinfonía de vida. Y para completar el espectáculo natural, la ubicación de Sincelejo cerca de la costa atlántica le permitirá apreciar sitios como la hermosa ciénaga de Lorica o las famosas playas de Tolú y Coveñas, donde el mar y el sol le brindarán una experiencia sin igual. Tal vez por toda esta diversidad Sincelejo es también una ciudad con una profunda alegría. Es el epicentro de las fiestas anuales del 20 de enero (patrimonio nacional) donde las corralejas, el baile y la fiesta se toman la ciudad y el departamento. En la ciudad, no puede perderse la plaza de Majagual donde se desarrollan las fiestas en enero, ni el monumento a las fandangueras, homenaje a este ritmo tradicional colombiano. Sucre y Sincelejo le ofrecen lo mejor de sus posibilidades para conocerla. No se lo pierda.
Ver Programa de Gobierno